- Entrevista- Reportaje a Nacho Vegas & Christina Rosenvinge - |
1.- ¿Cómo y cuando empezó Nacho Vegas en el mundo de la música? Cuando tenía 16 años entré en un grupo de Gijón que se llamaba Eliminator Jr. Ensayábamos mucho, hacíamos mucho ruido y aquello era lo mejor del mundo para mí. Subterfuge nos fichó y nos publicó un EP, mi primer disco. Hoy en día el grupo, remodelado, continúa como La Jr. Seguimos siendo muy buenos amigos.
Por citar sólo a tres, Dylan, Dylan y Dylan. No necesariamente en ese orden.
Desde que, siendo yo aún un prepúber, la vi presentando FM2, supe que quería hacer algo con ella. Sabía que el destino nos uniría, que una fatalidad cósmica haría confluir nuestras vidas. Y como ello ocurrió este verano, ahí tienes el título.
Como una paradoja entre la belleza perturbadora (y no hablo de su aspecto físico) y la fragilidad.
Seguiré escribiendo canciones, actuando y grabando. Formaré parte de Lucas XV, una banda con la que reinventamos temas tradicionales asturianos. El disco sale en enero. Después me centraré en mi próximo álbum, si dios quiere.
7.- El Top Manta, la piratería y la crisis del sector discográfico. Tu opinión sobre el tema. Creo en la revolución, en la acción directa y en Leonard Cohen.
No sabría qué decirte muy bien... Creo que se hacen discos estupendos, pero la mayoría son de gente de al menos mi generación. Echo de menos gente que ronde los veinte y que haga cosas que te sacudan al escucharlas. Pero no sé, tal vez sí la hay y soy yo el que no estoy al tanto.
En todo. En el paquete de tabaco arrugado de la mesa, en la tableta de orfidal llena de agujeros a su lado, en la señora que hoy me llamó la atención acerca de las cáscaras de pipa que había dejado a mis pies en la vía pública y que yo, aunque la mayor parte estaban en un charco, recogí y deposité en la basura, en mi propia estupidez, en todo. Todo es susceptible de inspiración para un tema. Y no sé si las canciones logran transmitir emociones; si lo hacen son ellas solas. Yo no quiero transmitir nada, no sé para qué las hago.
Un crucero por las islas Galápagos, de Antonio Cisneros. Y Amberes, pero para ir a cenar al Gin Fish, el mejor restaurante de pescado y marisco del mundo. Bueno, de los que yo conozco en el mundo.
Cosas que no podréis encontrar en vuestras casas, cosas casi mágicas, como promesas sin cumplir o preguntas sin responder, cosas de esas que están en el aire y que hay que saber atrapar al vuelo. Pero sobre todo, ojo a esto, premoniciones. Sin que nos demos cuenta al escribirlas las canciones son eso, y es por eso que este disco me está doliendo en el alma.
Solía llevar discman, y aún lo llevo a veces, con lo que los discos varían, claro. Mi novia me regaló un Ipod y llevo en él a T Rex, Tom Waits, Regina Spektor, George Harrison y Joanna Newson, entre otros. Pero soy un vago y no lo renuevo.
¿Una cualquiera? Pues... ¡No a la Ley de Partidos! ¡No se pueden ilegalizar las ideas! Y cambiando de tercio, a riesgo de parecer frívolo, también creo que debe ser reivindicado por medios y músicos Mi pequeño animal, un álbum fantástico de Christina de hace más de 13 años que todo el mundo debería tener en su discoteca.
No, no me gusta añadir. ¿Podría ser algo que quiera suprimir y ya me hayas preguntado?No, tampoco, dejémoslo así.
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